domingo, 26 de febrero de 2012

Primer domingo de Cueresma día 26 de Febrero

"En seguida el Espíritu lo llevó al desierto, donde estuvo cuarenta días y fue tentado por Satanás. Vivía entre las fieras, y los ángeles lo servían. Después que Juan fue arrestado, Jesús se dirigió a Galilea. Allí proclamaba la Buena Noticia de Dios, diciendo: "El tiempo se ha cumplido: el Reino de Dios está cerca. Conviértanse y crean en la Buena Noticia".

 Mc 1,12-15:
“Se dejaba tentar por Satanás, y los ángeles le servían”

1 comentario:

  1. Después de leer este evangelio en que Jesús va a desiertoy nos dice que el Reino está cerca, recuerdo la oración de san Francisco que leímos junto al principio de este curso.

    Altísimo, omnipotente, buen Señor,
    tuyas son las alabanzas, la gloria y el honor y toda bendición.

    A ti solo, Altísimo, corresponden,
    y ningún hombre es digno de hacer de ti mención.

    Loado seas, mi Señor, con todas tus criaturas,
    especialmente el señor hermano sol,
    el cual es día, y por el cual nos alumbras.

    Y él es bello y radiante con gran esplendor,
    de ti, Altísimo, lleva significación.

    Loado seas, mi Señor, por la hermana luna y las estrellas,
    en el cielo las has formado luminosas y preciosas y bellas.

    Loado seas, mi Señor, por el hermano viento,
    y por el aire y el nublado y el sereno y todo tiempo,
    por el cual a tus criaturas das sustento.

    Loado seas, mi Señor, por la hermana agua,
    la cual es muy útil y humilde y preciosa y casta.

    Loado seas, mi Señor, por el hermano fuego,
    por el cual alumbras la noche,
    y él es bello y alegre y robusto y fuerte.

    Loado seas, mi Señor, por nuestra hermana la madre tierra,
    la cual nos sustenta y gobierna,
    y produce diversos frutos con coloridas flores y hierba.

    Loado seas, mi Señor, por aquellos que perdonan por tu amor,
    y soportan enfermedad y tribulación.

    Bienaventurados aquellos que las soporten en paz,
    porque por ti, Altísimo, coronados serán.

    Loado seas, mi Señor, por nuestra hermana la muerte corporal,
    de la cual ningún hombre viviente puede escapar.

    ¡Ay de aquellos que mueran en pecado mortal!:
    bienaventurados aquellos a quienes encuentre en tu santísima voluntad,
    porque la muerte segunda no les hará mal.

    Load y bendecid a mi Señor,
    dadle gracias y servidle con gran humildad.

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