Con la lectura de ésta, y otras parábolas evangélicas, nos gustaría ayudar a los grupos de confirmación en el camino hacia la maduración de la fe en Dios Padre. Quiere de hecho ser un estímulo para repensar
la propia relación con Dios Padre, en un clima de oración y de conversión, para
revisar la imagen que tenemos de Dios. Quisieramos que cada uno de nosotros pudieramos decir: "Abbá, Padre" como Jesús.
Concluimos con las palabras finales
de la oración que el Arzobispo Montini había propuesto para la Misión de 1957:
"¡Señor Jesús, haznos conocer al Padre! El Padre que
nos ama y que sabe lo que necesitamos; el Padre que te ha mandado para nuestra
salvación, y que nos espera en el último juicio.
Haz que lo sepamos buscar: que en los acontecimientos
terrenos veamos su Providencia, que en nuestras casas sintamos su protección,
que en nuestras conciencias escuchemos su voz.
Haz que Él nos reúna en la fe y en la caridad; haz que contigo, Señor y Redentor nuestro, y con el Espíritu Santo esté presente, mediante la gracia, en nuestras almas y dirija nuestra cansada vida por el camino del amor y de la salvación".
Haz que Él nos reúna en la fe y en la caridad; haz que contigo, Señor y Redentor nuestro, y con el Espíritu Santo esté presente, mediante la gracia, en nuestras almas y dirija nuestra cansada vida por el camino del amor y de la salvación".
Para conseguir más informacion sobre el cuadro:
Libro "EL REGRESO DEL HIJO PRÓDIGO. Reflexiones ante un cuadro de Rembrandt" de Henri J. Nouwen, PPC, Madrid, 1993. 26 ediciones.
Carta pastoral: "ME LEVANTARÉ E IRÉ A MI PADRE" Retorno al Padre de todoshttp://www.revistaecclesia.com/content/view/2426/66/
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