viernes, 6 de abril de 2012

Semana Santa: Jueves Santo

 
Pasa, entra,  ponte a la mesa, busca tu invitación…
Todo a punto. Come, bebe, disfruta. Menú especial.
Dios sabe a pan, a ternura, a compañía, a sabiduría, a lucidez.
Pasa, come, recupera, llena, sana, comparte, desahoga..

Todos los años, nos reunimos en la tarde del Jueves Santo para “hacer memoria” de una cena de  despedida, donde recordamos lo profundo de un mensaje que ha cautivado nuestros corazones, nuestra sabiduría, nuestra libertad, nuestras capacidades, lo mejor de nosotros…
Brindamos por una cosa que vale la pena vivir y morir: el amor

Si te dicen que no estoy, recuerda.
Si te dicen que me he ido,
pregunta sin miedo.
Si te dicen que nunca he estado, sonríe.
Si te dicen que no sirvo,
muestra tus anhelos.
Si adviertes que me ausenté,
llora los porqués.
Si no me encuentras, busca.
Si dudas y desesperas, camina.
Si la vida se hace dura y sangra,
mira mis entrañas.
Si te avisan que no siento, acércate.
Si te atemorizan porque no llamo, escúchame.
Si te aseguran que estoy perdido,
sigue mis huellas.
Si te sugieren que ya no sirvo,
descubre tu alianza conmigo.
Si te dicen que me fui, persígueme.
Si te aseguran que he perdido, proclama mi triunfo.
Si te dicen que he muerto, búscame entre los vivos.
Si te dicen que soy un fantasma,
palpa mis llagas.
Si te dicen que vuelvo, no te detengas.
Si te preguntan si perdoné, di que sí.
Si te dicen que me has perdido,
háblales de tus encuentros conmigo.
Si te sugieren que fracasé,
diles que el ser humano es lo que importa. 
Y si te reclaman mi cadáver,
di que estoy vivo en ti.

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