viernes, 6 de abril de 2012

Misericordia, Dios mío, por tu bondad


ALJIBES AGRIETADOS
Jer 2,13
Señor, ¿cómo, sin saber,
al seguirte construí un aljibe agrietado?
¿Por qué abandoné tus aguas
y al punto que otras bebí, por el mal quedé atrapado?
¿Por qué, Señor, al buscarte,
mi vida la convertí en sepulcro blanqueado?

No creí poder hacer lo que hice con mi alma,
contra mí solo pequé.
Maté la fe que me diste, desterré de mí tu vida,
yo solo me condené.

Hazme ver que tu camino quiere llevarme a otra tierra,
la que tú me has prometido.
Enciende en mí esa luz que conduzca a mi alma
hasta ser como eres tú.
Haz que encuentre lo perdido,
pon tu hambre en mis entrañas
y sea el hombre que has querido,
lo que de mí tú has querido.


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