Yo quiero confirmar mi fe para ser buscador de Dios. Quiero
encontrar a Dios que habita en mi interior, Quiero buscar a través del silencio, el conocimiento personal y la oración.
Yo quiero confirmar mi fe para ser buscador de Dios. Quiero
buscar a Dios en los más necesitados, en los que están sólos, en los que les
falta lo necesario para vivir, en los emigrantes, en los rechazados, en los enfermos o los que no tienen casa.
Yo quiero confirmar mi fe para ser buscador de Dios. Quiero
buscar a Dios en mi familia, encontrarle en mis padres y hermanos, abuelos,
primos. En los besos de cada día, en las incomprensiones de cada día, quiero
buscarte y encontrarte , Señor.
Yo quiero confirmar mi fe para ser buscador de Dios. Quiero
buscarTe en la Iglesia, en la comunidad de san Antonio, en el Obispo y en los
sacerdotes, en las comunidades cercanas y
lejanas
Yo quiero confirmar mi fe para ser buscador de Dios. Quiero
buscarTe en el Evangelio, “buena noticia” para todos y para
mi. Quiero encontrarte aprendiendo a leer
la Palabra por encima de otras palabras.
Yo quiero confirmar mi fe para ser buscador de Dios. Quiero
buscarTe cuando llegue la enfermedad o el dolor. Aunque no lo comprenda, aunque
me revele o me enfade, quiero dar sentido a esos momentos y descubrir que allí
estás Tú.
Yo quiero confirmar mi fe para ser buscador de Dios cada
día. En las cosas pequeñas de cada día. En un saludo, en torno a la mesa, entre
los libros, con mis amigos. Allí seguro que estás Tú.
Yo quiero confirmar mi fe para ser buscador de Dios. Quiero
despertar a todo lo que me rodea. Quiero buscarte en mi cuerpo. Es el templo de
mi vida. Quiero cuidarlo para que sea instrumento de paz y de amor.
Yo quiero confirmar mi fe para ser buscador de Dios. Quiero
aprender a pedir perdón y perdonar. A reconocer lo que no va bien, a
reconstruir los lazos rotos, aceptar mis torpezas, mis límites y los de los de los demás.
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